domingo, 19 de julio de 2009

Crónicas de un adios.

Nos quedamos mirando el reloj, sabiamos que la hora pronto llegaría, que el momento de su partida estaba por llegar.
Tomamos nuestras manos, acercamos nuestros labios. Sin besarnos, el espacio que habiamos dejado de pronto se lleno de dulces palabras:
-Te amo- dijo él.
-Te amo- respondí.

El ambiente parecia tan melancolíco, tan lugubre y al mismo tiempo a nuestra alrededor habia una calma inmensa.
El reloj dio las cinco en punto.

-Pues bien, ha llegado la hora de decir adiós- suspiró él.
-Lo sé, pero me pregunto. ¿Algún día nos volveremos a ver?- Pregunte preocupada.
-No, la verdad no lo sé. No me preocupa, estuve contigo y un día fuimos felices, ahora nuestros caminos se han separado. No llores por mi ausencia, que yo no llorare por la tuya.-
-Suenas cruel.-Dije con tristeza
-¿De qué otra forma puedo decirlo? No hay nada que hacer.

Nos miramos una vez más, miramos aquella caja llena de nuestras cartas. Estabamos en el lugar donde nos conocimos. Y ahora por ironía de la vida debiamos decir adiós en este lugar.

Me tomo entre sus brazos.
-Nunca te olvidaré.
-Yo tampoco lo haré.

Y lentamente se fue alejando de mi.

Pues bien, después de nueve días de dejar esto abandonado, he decidido hacer el intento por escribir diario, lamento no haber contestado sus comentarios, pero no habia tenido animos. Hoy empieza una nueva yo. Una versión menos melancolía. Bienvenida sea la felicidad :D hoy una vez más, puedo respirar.
Espero que hayan tenido un excelso fin de semana.

Saludos.

1 comentarios:

Petrova dijo...

Qué cruel, pero a decir verdad, yo lo preferiría así.
Odio no saber que piensa, o que siente. Por lo menos de esa forma te deja bien en claro, sin lugar a la duda.


Me alegro por tu decision mujer!

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Aujourd'hui je prendrai ta main et sécherai tes larmes!